13 jul 2021

Conclusión

En conclusión, de acuerdo a lo previamente escrito, reconocemos que tan fundamental es el deporte en la vida de cada individuo como es el caso de los jóvenes que integran el equipo de futbol de la UNAN - Managua. Este deporte, les ayuda a recrearse y divertirse en cada competencia tanto externa como interna; sin embargo, existe la posibilidad de padecer lesiones, las cuales afectan el rendimiento físico y deportivo de los jugadores que las presentan. 

Mediante este blog, proveemos el conocimiento anatómico y funcional de las estructuras que conforman el miembro inferior, haciendo énfasis en la articulación de la rodilla, y la biomecánica del mismo en el deporte de futbol. Así mismo, hemos podido entender las diferentes lesiones que afectan a un jugador de futbol y de esta manera, con la colaboración del entrenador del equipo de futbol de la universidad, podemos brindar medidas de prevención para evitar las lesiones antes mencionadas, entre las cuales podemos citar:

  • Prestar atención a la alimentación 
  • Controlar el peso corporal 
  • Realizar los ejercicios requeridos y entrenamientos con precaución 
  • Mantenimiento de un buen tono muscular 
  • Elección del calzado adecuado 
  • Utilizar el equipo de protección adecuado, especialmente rodilleras 
  • Recurre a visitas médicas periódicamente
  • Siempre realizar calentamiento previo

Dicho conocimiento, es definitivamente necesario para cada deportista y de igual manera, para el público general; el cual, podrá tener una perspectiva más crítica en las diferentes técnicas al realizar el deporte. Los fundamentos anteriormente mencionados, van a permitir una participación más versátil y aplicada a las problemáticas en las diversas lesiones que un jugador de futbol puede experimentar a lo largo de su trayectoria como deportista. 

12 jul 2021

Lesiones de rodilla más frecuentes en jugadores de fútbol. Parte 2.

Rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla

La lesión del ligamento cruzado anterior es el desgarro o esguince de ese ligamento, que es una de las fuertes bandas de tejido que ayudan a conectar el hueso del muslo (fémur) con la tibia. Las lesiones del ligamento cruzado anterior comúnmente se producen durante la práctica de deportes que implican detenerse o cambiar de dirección en forma repentina, saltar y aterrizar, como el básquetbol, el fútbol, el fútbol americano, y el esquí alpino. Muchas personas escuchan un chasquido en la rodilla cuando ocurre una lesión del ligamento cruzado anterior. Es posible que se te hinche la rodilla, que te sientas inestable y que te duela mucho soportar peso.

Según la gravedad de la lesión del ligamento cruzado anterior, el tratamiento puede constar de descanso y ejercicios de rehabilitación para ayudarte a recuperar la fuerza y la estabilidad, o una cirugía de reemplazo del ligamento desgarrado seguida de rehabilitación. Un programa de entrenamiento adecuado puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir una lesión del ligamento cruzado anterior. 

Síntomas 

Los signos y síntomas de una lesión del ligamento cruzado anterior suelen ser: 

  • Un chasquido fuerte o sensación de "chasquido" en la rodilla. 
  • Dolor intenso e incapacidad para continuar una actividad. 
  • Hinchazón rápida. 
  • Pérdida de la amplitud de movimiento. 
  • Sensación de inestabilidad o de "darse por vencido" al soportar peso.

¿Cuándo consultar al médico?

Busca atención inmediata si alguna lesión en la rodilla produce los signos o síntomas de una lesión del ligamento cruzado anterior. La articulación de la rodilla es una estructura compleja de huesos, ligamentos, tendones y otros tejidos que funcionan en conjunto. Es importante obtener un diagnóstico rápido y preciso para determinar la gravedad de la lesión y recibir el tratamiento adecuado.

Causas 

Los ligamentos son fuertes bandas de tejido que conectan un hueso con otro. El ligamento cruzado anterior, uno de los dos ligamentos que cruza por el medio de la rodilla, conecta el hueso del muslo con la tibia, y ayuda a estabilizar la articulación de la rodilla. La mayoría de las lesiones del ligamento cruzado anterior ocurre al practicar deportes y hacer actividades físicas que pueden ejercer presión en la rodilla:

  • Reducir la velocidad y cambiar de dirección de manera repentina (con brusquedad) 
  • Girar con el pie firmemente apoyado 
  • Aterrizar con torpeza después de un salto 
  • Detenerse de manera repentina 
  • Recibir un golpe directo en la rodilla

Cuando se daña el ligamento, por lo general, se produce un desgaste parcial o completo en el tejido. Una lesión leve puede estirar el ligamento, pero dejarlo intacto.

Factores de riesgo

Hay una serie de factores que pueden aumentar el riesgo de padecer una lesión de ligamento cruzado anterior, que incluyen:

  • Ser mujer: posiblemente debido a las diferencias anatómicas, la fuerza muscular y las influencias hormonales 
  • Participar en ciertos deportes como fútbol, fútbol americano, baloncesto, gimnasia y esquí alpino 
  • Tener un escaso condicionamiento 
  • Usar patrones de movimiento defectuosos, como mover las rodillas hacia adentro durante una sentadilla 
  • Usar calzado que no te quede bien 
  • Usar equipo deportivo en mal estado, como fijaciones de esquí que no están ajustadas correctamente 
  • Jugar en césped artificial 

Complicaciones

Las personas con una lesión de ligamento cruzado anterior tienen mayores riesgos de desarrollar osteoartritis en la rodilla. La artritis puede ocurrir incluso si ya se ha pasado por una cirugía de reconstrucción del ligamento. 

Es probable que varios factores influyan en el riesgo de tener artritis, como la gravedad de la lesión original, la presencia de lesiones relacionadas en la articulación de la rodilla, o el nivel de actividad después del tratamiento.

Prevención 

Un entrenamiento y ejercicios adecuados pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrir una lesión del ligamento cruzado anterior. Un médico especializado en medicina del deporte, un fisioterapeuta, un entrenador atlético u otro especialista en medicina deportiva puede ofrecer evaluación, enseñanza y comentarios que pueden ayudarte a reducir los riesgos.

Los programas para reducir las lesiones del ligamento cruzado anterior incluyen los siguientes:

  • Ejercicios para fortalecer el tronco del cuerpo, incluidas las caderas, la pelvis y la parte inferior del abdomen, con el objetivo de entrenar a los atletas para que eviten mover la rodilla hacia adentro cuando hagan sentadillas 
  • Ejercicios que fortalecen los músculos de las piernas, sobre todo aquellos para los músculos isquiotibiales, a fin de garantizar un equilibrio general en la fuerza muscular de las piernas 
  • Entrenamiento y ejercicios para enfatizar en las técnicas adecuadas y posiciones correctas de las rodillas a la hora de saltar y de volver a tocar el suelo luego del salto 
  • Entrenamiento para mejorar las técnicas a la hora de realizar movimientos bruscos y que implican giros
  • El entrenamiento para fortalecer los músculos de las piernas, las caderas y el torso, así como el entrenamiento para mejorar las técnicas de salto y de caída sobre los pies y para prevenir el movimiento hacia adentro de la rodilla, puede ayudar a reducir ese riesgo de lesión del ligamento cruzado anterior en las mujeres atletas.


Fractura de la rótula

La rótula es un hueso de forma triangular que protege la parte anterior de la rodilla como un escudo, además de tener una función estética, sirve como fulcro para el tendón de cuádriceps: aumenta así su brazo de palanca y permite estirar y flexionar la rodilla de forma adecuada. Forma parte de la familia de los huesos de tipo “sesamoideos” (huesos lisos, redondeados y pequeños que son incrustados en un tendón). De hecho, es el hueso sesamoideo más grande del cuerpo humano y está diseñado para soportar cargas muy altas. Gracias a ella podemos andar, correr y saltar con normalidad.

¿Qué hacer ante una fractura de rótula?  

Las fracturas de rótula representan el 1% de todas las fracturas esqueléticas. Pueden ocurrir por mecanismos directos (golpe o caída fuerte sobre la rótula) o indirectos (fracturas por estrés) y es 2 veces más frecuente en los hombres que en las mujeres. En los últimos años su incidencia está aumentando progresivamente, debido a la práctica de deportes de contacto en edades avanzadas y a los medios de transportes personales siempre más rápidos.

Las fracturas indirectas son las menos frecuentes, pero son las que más daño pueden provocar al aparato extensor de la rodilla; en este tipo de fracturas encontramos:

  • Fracturas por estrés: causadas por un movimiento violento de tracción muscular sobre los extremos de la rótula (avulsión), o por una carga repetitiva que cursa con dolor a nivel del hueso. Si se nota un dolor en la rótula durante los entrenamientos se debe acudir a un profesional sanitario. 
  • Fracturas por causas endógenas: tumores óseos (condroblastomas) u osteoporosis. 

Ante una fractura de rótula se desencadenan una serie de síntomas invalidantes: 

  • Incapacidad funcional para extender la rodilla 
  • Dolor difuso en la cara anterior de la rótula 
  • Hinchazón de la rodilla con posible hematoma

Según el tipo de rotura, la incapacidad funcional para mover la rodilla puede no presentarse, por eso, ante cualquier dolor o sospecha de rotura de rótula, se hace necesario un diagnóstico certero y un tratamiento rápido.

Diagnóstico:

La gran mayoría de la información se obtiene a través de la interrogación del paciente y analizando el antecedente del traumatismo directo o indirecto. En la exploración física se nota tumefacción de la rodilla con inflamación y dolor agudo e incapacidad para estirar la pierna contra gravedad (con esta limitación puede estar indicada la cirugía). Algunas veces se puede notar una movilidad anormal, crepitación o incluso se puede palpar un surco de separación entre los fragmentos fracturados. Para determinar la presencia de fractura, así como su clasificación, emplearemos la radiografía simple. Sin embargo, la resonancia magnética o la tomografía computarizada se requieren, en general, solamente para lesiones más sutiles o como diagnóstico previo a una fractura por estrés.

La clasificación de las fracturas de rótula va a depender del lugar, el número de fragmentos y de la dirección de la línea de fractura: 

  • Transversales: son las más frecuentes y advienen por mecanismo indirecto. En esta suele producirse un importante desgarro de los alerones laterales de la rótula, y la separación de los dos segmentos de fractura debido a la contracción del cuádriceps. 
  • Vertical o longitudinal: Estas son las menos frecuentes y se pueden producir en el medio de la rótula o como fracturas marginales. 
  • Conminuta: cuando por un traumatismo directo la rótula se rompe en fragmentos, y si estos no se desplazan coge el nombre de “rotula estrellada”. 
  • Osteocondrales: donde se encuentra afectado también el cartílago articular. 
  • Marginales: afectan al reborde articular de la rótula.

En un traumatismo de alta energía es necesario evaluar la presencia de lesiones asociadas a estructuras subyacentes a la rótula (ligamentos cruzados, meniscos, tuberosidad tibial, cóndilos femorales etc..).

¿Cómo recuperarse de una fractura de rótula?

Las fracturas de rótula pueden ser tratadas de forma conservadora o quirúrgica. Los enfoques terapéuticos se basan en las preferencias de los médicos y las características del paciente. La cirugía se debe evitar en los pacientes con alto riesgo preoperatorio.

Tratamiento conservador:  

Si la fractura es muy leve y no se necesita cirugía, posiblemente será suficiente tan solo reducir las propias actividades, no suspenderlas. Lo más probable es que se coloque un yeso o un aparato ortopédico removible en la rodilla durante 4 a 6 semanas, el médico puede recomendar un apoyo parcial del peso en la pierna lesionada, según tolerancia y con la ayuda de unas muletas. Durante el periodo de inmovilización es importante asegurar una reparación completa de la fractura y preservar la masa muscular de la pierna inmovilizada.

La fisioterapia en esta fase temprana desarrolla un papel importante y debe empezar desde el día 1 para optimizar la recuperación: 

  • Magnetoterapia: es un tratamiento no invasivo que se puede aplicar directamente sobre el yeso o férula. El campo electromagnético estimula las células óseas (osteoblastos) para acelerar la reparación natural de la fractura. 
  • Entrenamiento de fuerza de la pierna no operada: el entrenamiento unilateral del lado sano, mientras el otro brazo o pierna están inmovilizados, asegura una significativa menor pérdida de fuerza y tono muscular en el miembro inactivo. En nuestro sistema nervioso se presenta un fenómeno de “estimulación cruzada”, es decir que al ejercitar una pierna se producen pequeñas contracciones también en la otra y en la musculatura estabilizadora. 
  • Electroestimulación y contracciones isométricas voluntarias: la electroestimulación de la musculatura de la pierna en conjunto con la contracción voluntaria suave, permiten preservar la masa muscular y drenar las sustancias de desechos liberadas por la inflamación. 
  • Movilidad de cadera, tobillo y pie: preservamos la movilidad de estos componentes, la rodilla lo va a beneficiar en futuro. 

No hay pruebas significativas que sustentan la aplicación de hielo para reducir o limitar la inflamación, aunque tiene un importante efecto analgésico, es aconsejable tumbarse de vez en cuando con la pierna levantada y seguir las recomendaciones farmacológicas del médico. 

A la hora de quitar el yeso o la férula: se trabajará en camilla de fisioterapia con el objetivo de recuperar la movilidad de flexo/extensión activa y pasiva de la rodilla, y finalmente recuperar la fuerza para estirar y levantar la pierna contra gravedad.

El trabajo en piscina temprano es muy recomendable, ya que por la ingravidez y por la presión hidrostática se puede reeducar la marcha a la vez que se recibe de forma natural un masaje drenante; se puede tonificar la musculatura y trabajar en rangos de movimientos amplios de forma segura. En las fases finales: fundamental lograr progresivamente una correcta deambulación sin apoyos, aumentar la fuerza muscular general, la propiocepción y el equilibrio. Finalmente se readaptará el paciente al esfuerzo con programas personalizados de acondicionamiento físico, consejos nutricionales y de autocuidado. 

Tratamiento quirúrgico: 

El tratamiento quirúrgico tiene por objetivo obtener una reducción anatómica, garantizar una movilización precoz y restaurar la integridad del mecanismo extensor de la rodilla. En las fracturas muy conminutas se puede recurrir a la patelectomía. Hay diversos métodos de fijación quirúrgica, incluyendo el obenque o banda de tensión (con agujas de Kirchner o tornillos) y hoy en día se están desarrollando técnicas mínimamente invasivas tramite artroscopia. En el postoperatorio debe inmovilizarse la articulación con una férula durante 3 a 6 días, hasta que mejore la situación cutánea, para posteriormente iniciar la movilidad precoz. Se seguirán los pasos del tratamiento conservador, progresando desde la carga parcial hasta la carga completa a las 6 semanas. Se hace esencial el tratamiento de las cicatrices causadas en la intervención por la posibilidad de producir adherencias y limitaciones en el tejido blando.



Lesiones de rodilla más frecuentes en jugadores de fútbol. Parte 1.

Esguince de rodilla

Lesión de uno o varios ligamentos de la rodilla. Esta articulación está compuesta por cuatro ligamentos:

  • ligamento lateral externo
  • ligamento lateral interno 
  • ligamento cruzado anterior 
  • ligamento cruzado posterior

El esguince de rodilla puede ser parcial o completo.

Los ligamentos, son el tejido conectivo fibroso que une los huesos entre si y generalmente, su función, es la de unir estructuras y mantenerlas estables.

Pronóstico de la enfermedad

El pronóstico del esguince de rodilla dependerá del grado de este. De esta manera, los esguinces parciales suelen tener un buen pronóstico, siempre que se tenga una recuperación correcta con algo de paciencia. El programa de recuperación incluye medidas inflamatorias y una propuesta de ejercicios por el especialista en Traumatología. 

En los esguinces completos, el pronóstico es más complicado. En algunos casos habría que valorar la cirugía reparadora, aunque no es lo más común. El tiempo de recuperación se puede extender entre 3 o 6 meses con diferentes factores a tener en cuenta dependiendo del paciente.

Síntomas del esguince de rodilla

Los síntomas de un esguince de rodilla son muy concretos y suelen darse en el mismo momento que se produce la lesión: 

  • Sentir un chasquido en la articulación (puede incluso escucharse) 
  • Dolor continuo al tratar de caminar y/o al tacto 
  • Disminución de la capacidad de movimiento de la articulación y rigidez de la misma 
  • Dificultad para caminar 
  • Inflamación y enrojecimiento de la zona afectada 
  • Hemorragia interna que causa la aparición de un moratón

¿Cuáles son las causas del esguince de rodilla? 

Los principales motivos de sufrir un esguince de rodilla suelen estar causados por la flexión o torsión de la rodilla, cuando el pie está apoyado firmemente en el suelo. Cuando se practican determinados deportes como el fútbol o el baloncesto, un traumatismo puede provocar un movimiento más allá de los límites anatómicos de la articulación. 

Igualmente, cualquier gesto que implique una caída o un impacto pueden provocar en la rodilla un movimiento de torsión mientras que el pie permanece bloqueado.

Pruebas médicas para el esguince de rodilla 

El diagnóstico del esguince de rodilla es principalmente clínico. El médico sospecha que un paciente tiene un esguince de rodilla cuando el paciente presenta los síntomas típicos, como hinchazón.

Se pueden realizar estas pruebas para hacer un buen diagnóstico:

  • Prueba de estrés
  • En algunas ocasiones, resonancia magnética nuclear (RMN)

¿Se puede prevenir?

Para prevenir el esguince de rodilla teniendo estas medidas en cuenta: 

  • Mantener un buen estado físico 
  • Tonificar la musculatura de la rodilla y del resto de articulaciones 
  • Hacer ejercicios de propiocepción 
  • Controlar el peso corporal para evitar el sobrepeso 
  • Hacer ejercicios y entrenamientos con precaución 
  • Mantener un buen tono muscular 
  • Elegir el calzado adecuado 
  • Recurrir a rodilleras-ortesis en determinadas ocasiones bajo control médico 
  • No volver a realizar actividad física sin la aprobación de profesionales

Tratamientos para el esguince de rodilla

El tratamiento del esguince de rodilla depende de su grado de severidad y de los ligamentos que estén comprometidos:

Ligamentos laterales medial y lateral: reposo, hielo, antiinflamatorios y en algunos casos requiere el uso de un estabilizador como una rodillera. 

Ligamentos cruzado anterior y posterior: dependiendo de la edad, las actividades que realiza el paciente y si reporta posteriormente inestabilidad de rodilla, el tratamiento es de manejo quirúrgico. 

La fisioterapia es fundamental para la recuperación de la rodilla, en estas sesiones se realizan ejercicios de fortalecimiento y propiocepción, es decir, aquellos ejercicios que enseñan a una articulación a volver a enfrentarse a las desigualdades del piso.

Rotura de menisco

Una rotura del menisco, es una de las lesiones de rodilla más comunes. Cualquier actividad que haga que tuerzas o gires la rodilla con fuerza, especialmente al poner todo tu peso sobre ella, puede llevar a que ocurra una rotura del menisco. 

Los meniscos, son estructuras fibrocartilaginosas semicirculares, ubicados entre las mesetas tibiales y los cóndilos femorales. Estos, sirven de relleno para dar mayor congruencia articular, favorecen la estabilidad y funcionan como amortiguador durante los impactos de rodilla.

Una rotura del menisco causa dolor, hinchazón y rigidez. También puedes sentir un bloqueo en el movimiento de la rodilla y tener problemas para extenderla completamente. El tratamiento conservador, como reposo, hielo y medicamentos, a veces es suficiente para aliviar el dolor de una rotura de menisco y dar tiempo a la lesión para que sane por sí sola.

En otros casos, sin embargo, una rotura de menisco requiere reparación quirúrgica. 

Síntomas de la rotura de meniscos

Si te has roto el menisco, es posible que tengas los siguientes signos y síntomas en la rodilla:

  • Una sensación de ruptura 
  • Hinchazón o rigidez 
  • Dolor, especialmente al torcer o girar la rodilla 
  • Dificultad para enderezar la rodilla completamente 
  • Sensación de que la rodilla está trabada al tratar de moverla 
  • Sensación de que la rodilla se afloja

¿Cuándo debes consultar con un médico?

Ponte en contacto con tu médico si tienes la rodilla dolorida o hinchada, o si no puedes moverla de la manera habitual.

Causas

Una rotura del menisco puede ser el resultado de cualquier actividad que haga que te tuerzas o gires la rodilla con fuerza, como pivotes agresivos o paradas y giros repentinos. Incluso arrodillarse, ponerse en cuclillas o levantar algo pesado a veces puede provocar una rotura del menisco. 

En los adultos mayores, los cambios degenerativos de la rodilla pueden contribuir a la rotura del menisco con poco o ningún traumatismo. 

Factores de riesgo

Realizar actividades que impliquen torcer y pivotar de manera agresiva la rodilla te pone en riesgo de tener una rotura del menisco. El riesgo es particularmente alto para los atletas, en especial para aquellos que participan en deportes de contacto, como el fútbol, o en actividades que implican pivotar, como el tenis o el baloncesto. 

El desgaste natural de las rodillas a medida que envejeces aumenta el riesgo de una rotura del menisco. También la obesidad. 

Complicaciones 

Una rotura del menisco puede provocar la sensación de que tu rodilla está cediendo, incapacidad para mover la rodilla normalmente o dolor persistente en la rodilla. Podrías ser más propenso a tener artrosis en la rodilla lesionada.

Pruebas de diagnóstico por imágenes

Radiografías. Debido a que el menisco está hecho de cartílago, una rotura del menisco no aparecerá en las radiografías. Pero las radiografías pueden ayudar a descartar otros problemas en la rodilla que causan síntomas similares. 

Resonancia magnética. Utiliza ondas de radio y un potente campo magnético para producir imágenes muy detalladas de los tejidos duros y blandos de la rodilla. Es el mejor estudio por imágenes para detectar una rotura del menisco.  

Artroscopia 

En algunos casos, tu médico podría utilizar un instrumento conocido como artroscopio para examinar el interior de la rodilla. El artroscopio se inserta a través de una pequeña incisión cerca de la rodilla. El dispositivo contiene una cámara muy pequeña y liviana, que transmite una imagen ampliada del interior de la rodilla a un monitor. Si es necesario, es posible insertar instrumentos quirúrgicos a través del artroscopio o a través de incisiones adicionales en la rodilla para recortar la porción afectada del menisco o para reparar la rotura o el desgarro.

Tratamiento inicial 

El tratamiento para un desgarro del menisco a menudo comienza de manera conservadora en función del tipo, tamaño y ubicación del desgarro. Los desgarros asociados con la artritis a menudo mejoran con el tiempo cuando se brinda tratamiento a la afección, por lo que la cirugía generalmente no está indicada. Muchos otros desgarros que no están asociados con el bloqueo o con un bloque del movimiento de la rodilla se volverán menos dolorosos con el tiempo, por lo que tampoco requieren cirugía.

Tu médico puede recomendarte lo siguiente:  

Descansar. Evita las actividades que agraven el dolor de rodilla, especialmente cualquier actividad que haga que tuerzas, gires o pivotees sobre la rodilla. Si el dolor es intenso, el uso de muletas puede aliviar la presión de la rodilla y promover la curación. 

Aplicarse hielo. El hielo puede reducir el dolor y la hinchazón de la rodilla. Usa una compresa fría, una bolsa de vegetales congelados o una toalla llena de cubitos de hielo durante unos 15 minutos cada vez, manteniendo la rodilla elevada. Haz esto cada cuatro a seis horas el primer día o dos, y luego tan a menudo como sea necesario. 

Medicamentos. Los analgésicos de venta libre también pueden ayudar a aliviar el dolor de rodilla.

Terapia

La fisioterapia puede ayudarte a fortalecer los músculos que rodean la rodilla y también la musculatura de las piernas para ayudar a estabilizar y sostener la articulación de la rodilla.



Lesiones de rodilla en relación con biofísica médica.

Las técnicas biomecánicas pueden ser utilizadas en cualquier deporte, y en el fútbol en particular, para definir las características de las destrezas, para mejorar el entendimiento acerca de la efectividad mecánica de su ejecución y para identificar los factores que subyacen al rendimiento exitoso. Existe un amplio rango de destrezas las cuales forma la base del rendimiento en el fútbol, pero solo una ha sido objeto real de un análisis biomecánico detallado. La patada es sin dudas la destreza más estudiada en el fútbol. Existen también muchos factores que interactúan para afectar la respuesta del equipamiento utilizado en el fútbol. 

Las lesiones en el fútbol se incrementan debido a varios factores que se interrelacionan. El calzado deportivo en el fútbol tiene una función protectora pobre. El cuidadoso diseño del calzado puede tener mínima influencia sobre la severidad de las lesiones por inversión. En comparación con el desarrollo en la tecnología del calzado para correr, el calzado para el fútbol ha tenido poca atención en lo que se refiere a la reducción del impacto o al control del pie.

Todo esto significa que el análisis biomecánico del fútbol debería enfocarse en diferentes aspectos del juego:

  • Para proveer herramientas de diagnóstico en la evaluación del rendimiento (destrezas y movimientos básicos) en el fútbol 
  • Para proveer herramientas de diagnóstico en la evaluación de las lesiones asociadas con las actividades del fútbol.
  • Para proveer recomendaciones acerca del entrenamiento, la enseñanza y los métodos de entrenamiento para la mejora del rendimiento.
  • Para hacer recomendaciones acerca de los factores relacionados al rendimiento y a la seguridad (relaciones entre jugadores, movimiento y ambiente) 

  • Para hacer recomendaciones para la prevención de lesiones en el fútbol y para evaluar los métodos terapéuticos utilizados en el tratamiento de las lesiones. 

Biomecánica en el futbol, siendo los aspectos más importantes, la carrera y el golpe del balón

Carrera: durante la carrera hacia adelante, el futbolista sigue un patrón general de movimiento, en el que pueden distinguirse dos fases:

  1. Fase de apoyo mono podal, en el que el jugador se contacta con el suelo con un solo pie para tomar apoyo e impulsarse hace adelante. 
  2. Fase de vuelo, donde el cuerpo se desplaza hacia adelante mientras se mantienen ambos pies sin contacto con el suelo

Golpe del balón: al golpear el balón, el jugador mantiene una pierna en estado de apoyo, mientras que la otra se encuentra retrasada respecto al tronco, de esta manera, se consigue mucho mas impulso y fuerza para aplicar al balón. La pierna de apoyo, se encuentra en extensión completamente, y la pierna con la cual se realiza el golpe al balón, se encuentra primeramente es flexión y posteriormente, en extensión.

Con esto, puede afirmarse que la pierna actúa como una palanca. En el cuerpo humano, la mecánica está representada por un “sistema de palancas”, que consta de los segmentos óseos (como palancas), las articulaciones (como apoyos), los músculos agonistas (como las fuerzas de potencia), y la sobrecarga (como la fuerza de resistencia). Según la ubicación de estos elementos, se pueden distinguir tres géneros de palanca:


Las palancas de tercer género, son las mas utilizadas en el cuero humano. Su ventaja mecánica, es que aumentan el movimiento, sacrificando las fuerzas, con el objetivo de conseguir una mayor velocidad y un mayor desplazamiento. El musculo cuádriceps femoral, trabaja accionando una palanca de tercer grado, citando de ejemplo, cuando se da una patada el balón en un partido de futbol. Aquí, el cuádriceps hace pivotar la pierna hacia arriba, venciendo su peso, siendo la rodilla, el punto de apoyo.

 

Lesiones de rodilla en relación con biología molecular.

La actividad física diaria conlleva beneficios para la salud, cardiovasculares, musculoesqueléticos, inmunológicos, etc., y las actividades físicas integradas a la vida cotidiana, como caminar, transportarse en bicicleta, subir escaleras, realizar las labores del hogar o simplemente hacer las compras, son benéficas, sobre todo si se realizan con frecuencia. Sin embargo, lo más recomendable es practicar ejercicio físico programado o deporte a intensidad moderada. Por deporte se entiende cualquier forma de actividad física, organizada o no, cuyo objetivo es expresar o mejorar las actitudes fisicopsíquicas, desarrollar las relaciones sociales o alcanzar resultados deportivos en cualquier nivel. Para la realización correcta de un deporte se requiere de entrenamiento. El entrenamiento es la planificación y realización sistemática de las medidas necesarias (contenidos y métodos) para la obtención de ciertos efectos físicos o psicológicos, persistentes y duraderos, a través de la actividad física. El ejercicio requiere movimientos corporales, lo cual se consigue a través de los movimientos de los músculos esqueléticos. La célula muscular sólo es capaz de obtener energía química del adenosín trifosfato (ATP), y por tanto los macronutrientes deben ceder la energía de sus enlaces químicos a través de distintos procesos bioquímicos. Para que esto suceda, se dispone de distintas vías metabólicas que proporcionan energía.

Vías energéticas durante la actividad física 

La primordial energía para la contracción de las fibras musculares se recibe de la desintegración del ATP en adenosín difosfato (ADP) y adenosín monofosfato (AMP). Esta reacción se realiza mediante la enzima ATPasa de miosina o adenosintrifosfatasa de miosina; no obstante, la cantidad de ATP disponible en el músculo solamente alcanza a proveer energía por 1 a 2 segundos. Si los espasmos musculares se extienden por más tiempo, el ATP tiene que ser abastecido por medio de fuentes energéticas secundarias, que se parten en vía energética anaeróbica y vía energética aeróbica. Los esfuerzos anaeróbicos poseen una duración máxima de 2 min, en lo que los esfuerzos de resistencia duran bastante más de 10 min y su fuente energética nace en 80% de vías oxidativas, por lo cual se le llama vía aeróbica, y su primordial fuente de energía son los hidratos de carbono. 

Cambios fisiológicos propiciados durante el ejercicio constante

Con independencia de la disciplina deportiva practicada, el ejercicio constante induce cambios corporales, como un metabolismo energético más rápido (en el ejercicio, la tasa de fosforilación oxidativa en el músculo esquelético se incrementa hasta 100 veces), una masa ósea más sólida y resistente, aumento del tamaño de las mitocondrias en las células musculares, hipertrofia cardiaca y presión sanguínea regularmente estable. Por otro lado, el ritmo cardiaco en reposo de un atleta de alto rendimiento oscila entre los 30 y los 40 lat/min; en cambio, en una persona no entrenada el ritmo cardiaco es de 60 a 90 lat/min. En el pulmón, la cantidad de aire espirado por minuto aumenta como consecuencia de la disminución del contenido de oxígeno en la sangre y el aumento tanto en la producción de dióxido de carbono (CO2) como en los ácidos del cuerpo (H+). Estas variables activan potenciales de acción que se envían al centro respiratorio localizado en el bulbo raquídeo y la protuberancia cerebral, para que se aumente la profundidad y la frecuencia de la ventilación pulmonar y así incrementar la eliminación de estos dos compuestos. El incremento de la capacidad de oxigenación deriva en un agrandamiento de los pulmones. Según la disciplina deportiva que se practique puede aumentarse el tono muscular, inducir mayor resistencia a la acumulación de lactato en sangre y acelerar la degradación muscular del lactato, generando resistencia a la fatiga muscular. Los cambios locales en los músculos, como la cantidad de lactato producido y aumento de la temperatura muscular y de la concentración de CO2 debido a un mayor metabolismo, facilitan la descarga de oxígeno desde las moléculas de hemoglobina, por lo que también puede incrementarse la cantidad de glóbulos rojos en la sangre o la cantidad de plasma sanguíneo, lo que reduce la viscosidad sanguínea. La movilización de las diferentes reservas energéticas, para satisfacer la demanda de los músculos cardiaco y esquelético durante el ejercicio, varía según el tipo, la duración y la intensidad del ejercicio realizado, así como la intensidad y la condición física del individuo.


Genes que cambian su expresión durante la actividad física

El ejercicio induce cambios en la expresión génica en diferentes órganos y sistemas, como el músculo, la vasculatura y las vías energéticas. Las diferentes fases del ejercicio y la etapa de recuperación pos-ejercicio también conllevan cambios transcripcionales que tienden a hacer más eficientes las condiciones metabólicas. 

Lesiones de rodilla en relación con histología.

Se relaciona con el tejido óseo, este se forma del mesodermo paraxial en la fase embrionaria; allí, las células mesenquimatosas del mesodermo se especializan en osteocitos, si es que van a conformar el tejido ósea directo, o sea, sin pasar por el cartílago que comentado procesos seria condrogénesis, no obstante, si pasa primero por el cartílago como en la mayor parte de los huesos corporal primero se especializa en condroblastos y después se forma el cartílago y al final el hueso.

Las funcionalidades que principalmente se ejercen aquí son sostén y protección

• Sostén: forman la composición de nuestro cuerpo humano y posibilita la inserción de los músculos para general desplazamiento debido a las articulaciones.

 • Protección: su funcionalidad es proteger a los órganos. 

La formación del tejido óseo o histogénesis responde continuamente al mismo proceso fundamental que incluye 4 fases: 

La diferenciación de los osteoblastos desde células-madre.

 La secreción por los osteoblastos de la matriz orgánica.

 La mineralización de la matriz inorgánica.

 La aparición de los osteoclastos.

Los elementos que se destacan en el tejido óseo, son: 

Sustancia intercelular amorfa o matriz ósea, la cual posee componentes orgánicos e inorgánicos 

35% componentes orgánicos, fibras de colágeno I 

65% componentes inorgánicos, cristales de hidroxiapatita (calcio y fosforo) 

Células del tejido óseo: 

• Células
osteoprogenitoras 

• Osteoblasto 

• Osteocitos 

• Osteoclasto 

Clasificación del tejido óseo: 

• Hueso esponjoso, también llamado hueso inmaduro o hueso trabeculado 

• Hueso compacto, también llamado hueso maduro o hueso denso 

Lesiones de rodilla en relación con embriología.

Las extremidades, que incluyen a la cintura escapular y la pélvica, conforman el esqueleto apendicular. Al final de la cuarta semana de desarrollo las yemas de las extremidades se hacen visibles, a manera de evaginaciones que forman crestas en la pared lateral del cuerpo. Para la quinta semana las extremidades han alcanzado la fase de yema. Al inicio las yemas de las extremidades están constituidas por un núcleo mesenquimatoso que deriva de la capa parietal del mesodermo de la placa lateral, que formará los huesos y los tejidos conectivos de la extremidad, y que se encuentra cubierto por una capa de ectodermo de células cuboides.

En embriones de 6 semanas la porción terminal de las yemas de las extremidades se aplana para formar las placas de las manos y los pies, y se separa del segmento proximal por una constricción perimetral. Más adelante, una segunda constricción separa la porción proximal en dos segmentos, y pueden reconocerse entonces las partes principales de las extremidades.

Para la sexta semana del desarrollo estos condrocitos dan origen a los primeros moldes de cartílago hialino, que anuncian la formación de los huesos de las extremidades. La osificación de los huesos de las extremidades, osificación endocondral, comienza hacia el final del periodo embrionario. Se identifican centros de osificación primarios en todos los huesos largos de las extremidades a las 12 semanas de desarrollo. A partir del centro primario en el cuerpo o diáfisis del hueso, la osificación endocondral avanza de manera gradual hacia los extremos del molde cartilaginoso.

Al momento del nacimiento la diáfisis del hueso suele mostrar osificación completa, pero sus dos extremos, las epífisis, aún son cartilaginosos. Poco después, sin embargo, surgen centros de osificación en las epífisis. De manera temporal se conserva una placa cartilaginosa entre los centros de osificación diafisarios y epifisarios. La osificación endocondral avanza a ambos lados de la placa.

Las articulaciones sinoviales, ubicadas entre un hueso y otro, comienzan a generarse al mismo tiempo que las condensaciones de mesénquima inician el proceso de formación del cartílago. Así, en la región ubicada entre dos primordios óseos en condrificación, la denominada interzona el mesénquima condensado se diferencia en tejido fibroso denso. Este tejido fibroso compone entonces el cartílago articular, que cubre los extremos de los dos huesos adyacentes; las membranas sinoviales, y los meniscos y ligamentos contenidos en la cápsula articular. La cápsula articular misma deriva de las células mesenquimatosas que circundan la región de la interzona. Las articulaciones fibrosas, también se forman a partir de las regiones de interzona, pero en este caso esta última se conserva como una estructura fibrosa densa.

La musculatura de las extremidades deriva
de las células ventrolaterales de los somitas que migran hacia esas estructuras para constituir los músculos y, al inicio, estos componentes musculares muestran una segmentación que coincide con los somitas de los que derivan. Sin embargo, al elongarse las yemas de las extremidades, el tejido muscular se divide en primer lugar en componentes flexores y extensores, y luego ocurren divisiones y fusiones adicionales, de tal modo que un solo músculo puede ser integrado a partir de más de un segmento original. El patrón muscular complejo que resulta está determinado por el tejido conectivo que deriva del mesodermo de la placa lateral. Las yemas de las extremidades inferiores se ubican al nivel de los cuatro segmentos lumbares inferiores y los dos sacros superiores. Justo después de que los nervios ingresan a las yemas de las extremidades entran en contacto íntimo con las condensaciones mesodérmicas que se están diferenciando, y el contacto temprano entre las células nerviosas y las musculares es un pre-requisito para su diferenciación funcional completa.

Los nervios espinales no sólo desempeñan un papel importante en la diferenciación y en la inervación motora de la musculatura de las extremidades, sino también proveen la inervación sensitiva para los dermatomas.  

Conclusión

En conclusión, de acuerdo a lo previamente escrito, reconocemos que tan fundamental es el deporte en la vida de cada individuo como es el ca...